Texto de contratapa de Criminis causa, la primera novela de Juan Carrá:
La calle tira. La calle llama. Y cuando la
calle te nombra es porque hiciste algo que no pasa desapercibido. Se está
empezando a hablar de vos. Bien o mal. Y no por tu nombre de pila. Ni siquiera
por tu apellido. La calle te bautiza. La calle te apoda. Y es ese mote el que
te define, ahí, por donde vas a patear. [...] Al protagonista de esta historia
—«El Cabe» como se lo conoce en la calle y lo nombran los suyos, la mayoría de
los demás personajes— el narrador elige llamarlo por su nombre y apellido:
Walter Heredia. Se nota que lo quiere. Y que le desearía un destino mejor.
Diferente. Pero eso es algo que se le escapa no solo por las malas decisiones
sino también por las compañías. Walter podría haber terminado de otra manera. Y
es tan dolorosamente cercano, tan hijo de vecino, que —aún sabiendo que se
dedica a laburar por izquierda— cuando no sea capaz de dejar tirado a un
cachivache que le pide que lo vaya a soldadear extorsionándolo con el verso de
que son amigos, uno sufre impotente la sentencia cantada: cagaste, Cabe;
cagaste.
Leonardo Oyola
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